Hallan diferencias genéticas entre los diferentes tipos de ictus

Los tres tipos de ictus isquémico, por derrame, por trombo y de origen cardíaco,
tienen diferencias genéticas, según el mayor estudio genético sobre esta
patología hecho en el mundo, en el que ha participado el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. El estudio, denominado
Metastroke, coordinado por International Stroke
Genetics Consortium y que ha analizado el código genético de más de 72.000
personas, entre enfermos y controles, ha sido publicado en la revista The Lancet Neurology.

El grupo de investigación en enfermedades neurovasculares del Vall d’Hebron
Institut de Recerca (VHIR), único participante español en el macroestudio, ha
destacado que este trabajo sin precedentes cambiará la manera de abordar la
enfermedad y abre nuevas vías de tratamiento específicas y selectivas para
tratar las causas del ictus y no sólo sus consecuencias. Tras descifrar los más
de 72.000 códigos genéticos de personas afectadas por un ictus, los
investigadores han concluido que la clasificación de estos según su causa va más
allá de la propia enfermedad y se traduce también en claras diferencias
genéticas entre los tres subtipos de ictus isquémicos conocidos. Según el
director del Laboratorio de Investigación Neurovascular del VHIR, Joan Montaner, “este hallazgo tendrá, a la larga, un gran impacto clínico, pues cambia la forma de ver el ictus pero, sobre todo, es la puerta de acceso a la búsqueda de dianas terapéuticas específicas para cada uno de estos subtipos”.

Los tres subtipos del ictus isquémico son: el aterotrombótico (producido por una
obstrucción o trombo), el lacunar (en el que se aprecia una mancha por derrame)
y el cardioembólico (que tiene su origen en el corazón). Aunque ya se conocían
los tres subtipos y se habían clasificado así según su causa, el hecho de que se
demuestre que a nivel genético estos tres subtipos de ictus parecen tres
enfermedades diferentes, abre un nuevo abanico de posibilidades diagnósticas y
terapéuticas.

Según el doctor Montaner, “si las causas de un ictus cardioembólico, lacunar o aterotrombótico son diferentes y, por lo tanto, necesariamente también lo son los mecanismos causales y se añade que genéticamente están claras las diferencias, los neurólogos debemos preguntarnos si estamos realmente ante una misma enfermedad”.

“Quizás el ictus, tal y como lo conocemos hasta hoy, no es propiamente una enfermedad, sino un síndrome y es una manifestación clínica de diferentes procesos de origen aterotrombótico, lacunar o cardioembólico”, ha abundado el especialista.

Fuente:www.madrimasd.org