Reino Unido: rechazan que una mujer utilice los óvulos de su hija

Una sentencia del Tribunal Superior del Reino Unido ha denegado la petición de una mujer que quería utilizar los óvulos congelados de su hija fallecida para dar a luz a sus propios nietos. La mujer, de 59 años, y su marido, de 58, habían acudido a esa instancia judicial para tratar de revertir la decisión de la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana (HFEA).

El regulador británico había prohibido a la pareja hacerse con los óvulos de su hija única y llevarlos a una clínica de Estados Unidos para someterse a un tratamiento de fertilidad con esperma de un donante.

Durante el juicio, los abogados de los reclamantes explicaron que la hija, que falleció víctima de un cáncer a los 28 años, “deseaba encarecidamente” tener descendencia y le pidió a su madre que diera a luz a sus hijos.

Por su parte, los letrados de la Autoridad de Embriología razonaron que el organismo no accedió a entregar los óvulos congelados porque la hija no dio su permiso por escrito antes de su muerte en junio de 2011.

El juez instructor en su sentencia explicó que la fallecida estaría “desolada” si supiera que sus óvulos no pueden ser usados, pero reconoció que la HFEA tiene derecho a “no dar su consentimiento” a esa petición.

El magistrado insistió en que la decisión de la HFEA no viola los derechos humanos de esta familia, que aún puede recurrir el fallo en el Tribunal de Apelaciones del Reino Unido.

Si el tribunal del Reino Unido hubiese fallado a favor de los demandantes, la madre podría haberse convertido en la primera mujer del mundo que hubiese quedado embarazada con los óvulos de su hija fallecida.

Faltaba la autorización por escrito

Un portavoz de la HFEA ha manifestado que es “un caso muy triste” y reconoció que la sentencia “habrá roto el corazón de la pareja”, pero justificó su postura al insistir en la falta de un consentimiento por escrito por parte de la finada, como establece la ley vigente. “Nuestro comité examinó el caso en tres ocasiones distintas, considerando con cuidado las nuevas pruebas aportadas en cada ocasión, pero decidió que no existía el tipo de consentimiento requerido”.

Fuente: http://www.diariomedico.com