Estar enganchado al café no responde únicamente a un consumo excesivo que hace que queramos más y más, sino que, según un estudio americano reciente, este hábito estaría vinculado con la modificación de dos genes.
Sin embargo, son muchas las personas que consumen regularmente cafeína, la principal sustancia activa del café. Alrededor de un 90% de la población mundial consume cotidianamente productos que la contienen, ya sea café, té, gaseosas o chocolate. En general, el consumo de café está relacionado con factores sociales y demográficos, y antes de los trabajos del equipo del doctor Neil Caporaso, del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, ningún estudio se había inclinado por considerar los factores genéticos.
Para su investigación, Caporaso y sus colegas cruzaron los datos de cuatro estudios epidemiológicos de envergadura, disponiendo así de la información sobre el consumo cotidiano de cafeína de 47.341 personas de tipo caucásico y con una edad promedio de 50. Después de haber clasificado a estas personas en función de su consumo, los investigadores pudieron establecer un método consistente en señalar las similitudes genéticas en su genotipo. Como resultado de ello identificaron dos genes asociados a un consumo de cafeína por encima de la media, el CYP1A2 y el AHR. Las personas con una modificación de estos dos genes consumirían 40 miligramos más de cafeína por día que el resto. Esta cantidad equivale a una taza de café o té o una lata de gaseosa.
Conclusión
Y esta conclusión parece plausible en la medida en que el gen CYP1A2 es responsable del metabolismo de la cafeína en el organismo, mientras que el gen AHR regula la actividad de el CYP1A2. Este descubrimiento sería importante si fuera confirmado por otros más exhaustivos, ya que sería el primero en identificar un gen asociado a una dependencia de sustancias psicoactivas (excepto el tabaco y sus receptores nicotínicos, naturalmente presentes en nuestras neuronas). Según los autores, “saber que el consumo de cafeína está determinado genéticamente aporta un nuevo esclarecimiento sobre los mecanismos subyacentes y permitiría comprender mejor los efectos positivos del café en la salud”.
Por otra parte, es la primera vez que los genes se han asociado a un cierto tipo de consumo alimentario. Estos trabajos abren así numerosas pistas relativas a los vínculos entre dependencia y genética, pero también entre alimentación y genética.
Autor: E. Dufour
Fuente: Genome-Wide Meta-Analysis Identifies Regions on 7p21 (AHR) and 15q24 (CYP1A2) As Determinants of Habitual Caffeine Consumption – Plos Genetics, abril de 2011 – (estudio accesible en línea)
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